En forma indiscutida

Por Tito Norte, Premio Nacional de Periodismo Deportivo.

No puede negarse que por varios momentos, las expectativas estuvieron en duda. Más a la larga y como ha acontecido en el último tiempo, el tenis volvió a proporcionar una alegría a nuestro quehacer competitivo y al país en general. Y es que desde hace algún tiempo el deporte de la raqueta se ha encargado de entregar alegrías de diversa índole que lo han convertido en una especialidad señera en nuestro medio.

En los días previos el tenis nacional se vislumbraba como el gran favorito para sumarse a los 16 finalistas de Copa Davis que buscarán en el todavía distante septiembre clasificar en la fase de grupos a los ocho finalistas de Málaga. Un tramo que obviamente será duro para escalar a los top universales. Italia y Australia que fueron finalistas el año pasado ya tenían su plaza asegurada al igual que España y Gran Bretaña en su condición de invitados. El cedazo previo lo habían salvado los sudamericanos Argentina y Brasil y por otros continentes Alemania. Bélgica, Canadá , Eslovaquia, Estados Unidos, Francia, Países Bajos y República Checa. Un más que selecto grupo al que por tercera vez en cinco años se sumaron nuestros representantes. Una verdadera distinción que refleja la jerarquía de nuestras raquetas que no en vano tienen a cuatro de sus mejores exponentes dentro del primer centenar del ránking de la ATP.

Lo avanzado no puede hacer olvidar las zozobras sufridas ante los peruanos en casa propia. Porque con la actuación sobresaliente del joven Ignacio Buse, las visitas crecieron y hasta fueron más allá de insinuar una espectacular victoria como visitante. Y a no ser por el respaldo de público y la reacción vibrante y espectacular de Alejandro Tabilo en el punto decisivo, este comentario habría tenido otro tono…

Es el mérito del grupo que lidera en su estilo Nicolás Massú. En la adversidad supo crecer y sacar una victoria que más allá de su valor propio tenía la trascendencia de la clasificación a las finales de Copa Davis. Una positiva respuesta más de nuestro tenis a las exigencias internacionales. Por eso, es innegable que sus merecimientos en los últimos años le sitúan al frente de un imaginario escalafón con todas nuestras especialidades. Un reconocimiento que es indiscutido. Es mérito propio no solo del grupo que en cancha obtiene los resultados necesarios sino también de quienes están al frente de su dirección.Ver más

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Bien lejos del bronce olímpico

Por Tito Norte, Premio Nacional de Periodismo Deportivo.

Con una dolorosa goleada terminaron las ilusiones del fútbol nacional de volver a ser olímpico. Es de los pocos deportes colectivos de nuestro país que ostenta varias participaciones en la magna competición. Por eso, siempre se aguarda con alguna expectativa esa posibilidad como aconteció en los días recientes en que una inesperada victoria sobre Uruguay volvió a encender la ilusión de que la “Roja” marcara presencia en la cada vez más cercana cita de París 1924.

Y es que nuestro fútbol debutó en ese nivel hace ya casi un siglo, en Ámsterdam en 1928. No avanzó nada. Un revés ante Portugal 4 goles a 2 en la ronda preliminar terminó con sus ilusiones. Y desde ese entonces pasaron 24 años hasta que en Helsinki en 1952, con la base de Naval de Talcahuano, sufriera su segunda experiencia. Sufriera porque Egipto le derrotó 5 a 4 para poner brusco fin a sus ilusiones.

La sorpresa fue en Los Ángeles en 1984. Lo recuerda Cristián Muñoz en su libro “Chilenos Olímpicos”. En la clasificación olímpica, en Guayaquil, Ecuador, la selección nacional clasificó, junto a Brasil, con futbolistas de segunda división. para la cita en la ciudad estadounidense. Sin embargo, hubo dudas para el envío del conjunto. La decisión del COI de permitir la presencia de futbolistas profesionales permitió el viaje. Y el papel en la rueda preliminar: victoria 1-0 sobre Qatar y empates a 1 con Francia y a 0 con Noruega le permitieron avanzar a cuartos de final en que Italia les eliminó 1-0.

Desde allí, su presencia olímpica hasta el 2000 en Australia donde realizó una campaña llamativa que derivó en la medalla de bronce conquistada y en su capitán Iván Zamorano como goleador con seis tantos. Partidos que fueron seguidos a la distancia con fervor local y que bordearon el oro pero que a la postre significaron una alegría impensada. Era un equipo sub 23, reforzado conforme a las bases, que salvó obstáculos hasta la semifinal con Camerún, 1-2, y el triunfo por el bronce sobre EEUU 2-0.

Una medalla que se ha revivido con ocasión de los Juegos siguientes, como esta vez, pero para que en cancha no haya habido una respuesta similar. Las eliminatorias sucesivas solo han encontrado excusas como las recientes que más vale la pena olvidar por su fragilidad y porque apelan a factores que no son propiamente futbolísticos.

A esperar otros años más.Ver más

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No es un cumpleaños corriente

Por Tito Norte, Premio Nacional de Periodismo Deportivo.

En el mes venidero, uno de los deportes favoritos de nuestro país verá como la Federación que los rige alcanza sus primeros cien años de vida. Una cuota más que significativa, causa de homenajes de variada dimensión. Nos referimos al básquetbol, cuya organización nacional nació oficialmente el 24 de febrero de 1924. Solo tres Asociaciones participaron en el feliz hecho que se apresta conmemorar: Santiago, Valparaíso y Concepción. Tal vez sus representantes no alcanzaron a imaginar su crecimiento y desarrollo en los años siguientes. Y es que por largos años no se discutió su condición de ser la especialidad deportiva más popular de Chile tras el fútbol. Y lo era en razón de la generosa cantidad de sus cultores así como del público que desde el Norte al Sur se juntaba en las graderías de los principales escenarios de todas las ciudades. Su indesmentible decaimiento por largos años permitió que esa distinción comenzara a discutirse si bien paulatinamente la ha ido recuperando.

En el repaso de su historia hay hechos que trascienden al simple recuento local. Como acontece con el básquetbol femenino que desde sus comienzos dispuso de una organización bien constituida y visionaria. Como la reglamentación internacional lo permitía, fue una Federación paralela a la masculina hasta que FIBA dispuso una sola estructura directiva en cada país. Más, en nuestro medio ya habían dejado huella de carácter indeleble en el plano internacional. Chile fue el organizador del Primer Campeonato Sudamericano Femenino en 1946. El Teatro Caupolicán desbordado fue el escenario que le valió a la Roja de ese entonces inscribir su nombre como primer campeón. Y como si fuera poco, sólo siete años después hicieron realidad el primer Mundial Femenino de la historia, improvisando una cancha en el Estadio Nacional donde nuestras representantes clasificaron subcampeonas solo aventajas por Estados Unidos. Tal vez ahora sea el momento de inmortalizar a Sara López Ramírez y Amelia Reyes Pinto, sus preclaras gestoras, así como a las formaciones estelares que entregaron al deporte nacional tan significativas conquistas.

Años más tarde, en 1959, en el mismo lugar, Santiago recibía la rueda final del Tercer Mundial Masculino que Antofagasta, Concepción y Temuco habían visto comenzar en sus tramos clasificatorios así como Valparaíso recibió a quienes cerraron la tabla. Chile entró al podio despidiéndose hasta esta fecha de tan honrosas y trascendentes valoraciones deportivas. Un Mundial con jornadas de más de veinte mil personas en sus tribunas que dejaron utilidades para levantar el gimnasio de calle Nataniel Cox, centro de su quehacer competitivo hasta su desafortunada venta.

Los años más recientes se han establecido en parámetros locales con la esperanza permanente de mejores días. Ojalá este Centenario les impulse a esa aguardada superación.Ver más

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Abriendo un nuevo año

Por Tito Norte, Premio Nacional de Periodismo Deportivo.

No es mucho el quehacer deportivo que nos ofrece el primer mes de 2024. No es una excepción. Es lo usual en este lapso estival en que las vacaciones asumen en propiedad su condición de receso para protagonistas y testigos.

A la distancia, el Rally Dakar nos entrega detalles de la dura porfía de los motores contra el terreno y el clima. Más, la limitada participación de chilenos ha reducido el atractivo de su trámite. Incluso, ahora el grave contratiempo de Pablo Quintanilla que le descarta de los lugares de avanzada definitivos reduce aún más su gancho. En el exterior, está a punto de partir otro torneo que años atrás fue inquietud importante: el Grand Slam de Melbourne, Australia, uno de los cuatro torneos fundamentales del calendario del tenis mundial. También, la escasa cuota de raquetas nacionales y sus restringidas expectativas de buen éxito relega la preocupación de los seguidores, panorama que ojalá se altere en positivo sentido. Y es que en algunos días más el fútbol retomará el primer plano con el Preolímpico de Venezuela para la Roja sub 23, que pretende conquistar uno de los dos cupos olímpicos para los Juegos de París 2024 que entrega dicha competición. Con mucho menor estruendo, poco después, en Gabngwon, Corea del Sur, se desarrollarán los Juegos Olímpicos de Invierno de la Juventud que verán a una docena de jóvenes chilenos en acción. Especialidades de escaso conocimiento popular como el biatlón, el esquí cross, el snowboard, el freestyle, el esquí alpino y el cross country serán las exigencias que conforman esta confrontación sobre la nieve que, a lo mejor nos depara alguna inesperada alegría que no debe estar en los cálculos de muchos.

Bastante más atrayente para nuestra afición se nos insinúa febrero, que ya en su primer fin de semana aporta con uno de los clásicos de nuestro deporte en general y del tenis en particular, la serie de la Copa Davis en que Chile recibirá como local a Perú en el court Anita Lizana del Estadio Nacional. Un llamativo aperitivo para lo que nos aportarán estos 29 días con Copa Libertadores y el campeonato profesional de nuestro fútbol incluidos. Un panorama que cierra con la raqueta otra vez en primer plano al entregar el Chile Open con figuras nacionales y foráneas de llamativo nivel.

Una visión en líneas gruesas de lo venidero con el recuerdo de lo que nos ofreció el Triatlón en los hermosos parajes sureños y nos participan las jornadas decisivas del 51º Campioni del Domani en las siempre desbordadas tribunas del Stadio Italiano.

Foto: www.dakar.comVer más

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El Torneo de Giolito

Por Tito Norte, Premio Nacional de Periodismo Deportivo.

Quedaron atrás los balances del año recién finalizado. El cambio de folio permite mirar hacia atrás pero su objetivo clave es auscultar lo que vendrá. El deporte, obviamente, no es la excepción. Y si bien la actividad se acoge en buena cuota al descanso veraniego, no faltan las competiciones que muestran su quehacer bajo el calor de estos días tanto en el nivel internacional como en el de casa a la espera de que el grueso retome su ajetreo desde marzo siguiente con las excepciones de siempre.

Para los ávidos espectadores deportivos, hay citas que se tornan en verdaderos compromisos. Una es para el básquetbol el “Campioni del Domani”. Creo que José Arturo Giolito no imaginó la futura trascendencia de su iniciativa. Recuerdo que con algún temor me planteó la idea. Su argumento clave era que la gente siempre estaba ávida de algún espectáculo de deporte al margen de la época. Y que para el verano no existían torneos atractivos. “Es la posibilidad de dar a conocer al básquetbol, a las figuras del mañana. ¿Tu diario nos podría apoyar?” Fue su planteo directo con referencia a “Las Últimas Noticias”, medio en que me desempeñaba. Tuve buen éxito en mi gestión, pero solo en cuanto a amplia cobertura, si bien en años siguientes se otorgaba un premio con ese nombre al Mejor Jugador. Lo concreto es que desde la primera versión tuvo pleno respaldo de público. Se jugaba temprano porque había toque de queda desde media noche. Incluso con jornadas dominicales a media tarde.

Lo cierto es que desde esa remota versión inicial –hace más de medio siglo- el buen éxito fue rotundo. Por el deseo de participar que mostraban los solo clubes capitalinos en esos inicios como por el creciente interés de los aficionados traducido en jornadas que se jugaban a tablero vuelto. De manera que se tornaron innecesarios los aportes artísticos que el mismo Giolito gestionaba en su ambiente como atracción adicional. La competición misma fue el atractivo así como las premiaciones individuales a los protagonistas destacados. Y el deseo de participar fue creciendo hasta acercar a equipos de regiones y de Argentina.

Cuando una nueva versión despega, he estimado de justicia recordar a José Arturo Giolito como padre de la iniciativa. Su nombre debiera aparecer siempre en sus versiones.

Foto: Instagram Campioni del DomaniVer más

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Un siglo después

Por Tito Norte, Premio Nacional de Periodismo Deportivo.

Y quedando atrás Navidad, la preocupación cambia de centro. Será el año 2024 el tema con las expectativas y esperanzas de que todo sea mejor en la inevitable comparación con el que expira.
Por supuesto que el deporte aporta en esta revisión con su trámite venidero mientras el polo y algunas pruebas atléticas tradicionales se encargan de cerrar el quehacer de doce meses que se tornaron inolvidables, primero con la perspectiva de tener en casa a los Juegos Panamericanos y Panamericanos y más tarde con su llamativa realización y su feliz culminación. De manera que la contribución al balance de Santiago 2023 fue solo de estrellas y alegrías.
En 2024, las miradas estarán orientadas fuera del país. Exactamente, a París, la capital de Francia, que por tercera vez será sede de la magna cita. Lo fue en sus balbuceos, en 1900, la segunda realización por influencia del Barón Pierre de Coubertin, impulsor de la versión moderna de los Juegos de la antigua Grecia y que los llevó a su país natal tras Atenas 1896 que no alcanzó el estruendo aguardado. Y la capital francesa, dice la historia, no les superó en mucho. Por nuestra parte, Chile no envió representantes. París volvió a obtener para 1924 su organización. Obviamente, la experiencia le sirvió para reconocimientos y aplausos. Nuestro país se hizo presente con 14 deportistas en atletismo, boxeo, ciclismo, esgrima y tenis de los que Manuel Plaza mostró sus cartas que en Ámsterdam, cuatro años más tarde, depararían la primera medalla olímpica para nuestro deporte, su plata en el maratón. En la Ciudad Luz fue sexto, anticipando ese inolvidable éxito.
Un siglo después, París vuelve a abrir sus brazos al deporte del mundo. No hay dudas que todo será muy distinto. Algunos anticipos de la organización han lucido algo de lo que ofrecerá la capital francesa en la línea de lo que han brindado las sedes recientes. Para el asombro y para el aplauso.
Mientras tanto habrá que seguir los aprontes de nuestros deportistas que se postulan a competir en las clasificatorias de los meses venideros. Hasta el momento son solo diez quienes han ganado el derecho de decir presente en el esperado encuentro de los cinco anillos entrelazados. Pero no hay dudas que serán bastante más. El examen panamericano fue aprobado con distinción y puede rendir sus frutos desde los albores de 2024. Esperemos.Ver más

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El primer regalo

Por Tito Norte, Premio Nacional de Periodismo Deportivo.

Es cierto que aún la inauguración oficial no se realiza. Mas, lo concreto es que ya Santiago está viviendo la máxima fiesta del deporte de las Américas. La cita que debió realizarse en 1975 y en 1983 al fin instaló su sede en nuestra capital. La llegada de avanzadas de delegaciones foráneas abrieron la realidad de su realización y el béisbol y el boxeo se apresuraron en iniciar sus competiciones. Ahora se irán sumando las otras especialidades y también las representaciones de las 41 banderas que engalanarán escenarios no solo en la capital sino también en otras ciudades de nuestro territorio. 

Todo el tiempo aguardado encontrará ahora una explicación fácil. Ya el béisbol lo anticipo en ese madrugador compromiso entre México y la selección local. Una asistencia considerable para una especialidad que por años ha mantenido una porfía por crecer. Obviamente, la carencia de una sede en la capital ha sido su principal tropiezo porque dirigentes agotaron trajines en pos de conseguir ese “diamante” que para la especialidad es una joya donde se miden los afanes de sus cultores. Indudable que más allá del desenlace deportivo, el ganador fue el deporte mismo. Era cosa de ver las características del escenario. Cómo habrán gozado desde las alturas Ricardo Santander y José Joaquín Pérez que se cansaron de batallar sin lograrlo. Lo que ellos pretendieron décadas atrás requirió de unos Juegos Panamericanos para convertirse en realidad. Y otros que prosiguieron en esa misión como Jorge Parada, Aldo Picozzi, Enrique Cabezas y Alfredo Román podrán asomarse a algún partido para comprobar que es cierto. Supe en directo de su batallar contra la indiferencia de variados sectores. Más, como muchas cosas en nuestro Chile, “demoró pero salió”.

El desenlace deportivo quedó atrás. Es la clara diferencia entre una potencia del más alto nivel y de una selección con el déficit señalado. Por eso alegra el respaldo en las tribunas y algo más que conformidad con el resultado. El propósito de sus defensores de que el futuro será distinto porque ya no se toparán los avatares de la principal carencia.

Es el saldo favorable que dejan estas grandes competiciones. El béisbol no será el único beneficiado. También otros deportes sumarán de aportes de esta magnitud, básicos para todo desarrollo y crecimiento. Con la expectativa de crecer en cultores y en rendimiento. En buena hora.Ver más

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Una realidad diferente

Por Tito Norte, Premio Nacional de Periodismo Deportivo.

A sólo días de Santiago 2023, mis recuerdos para mi primera experiencia panamericana hace ya casi medio siglo. Fue en Ciudad de México en marzo de 1975. Era la séptima versión de la competición de América toda, si bien las representaciones de países fueron solo 33 en parangón con las más de 40 que han marcado presencia en las últimas versiones. Y ni hablar de las especialidades deportivas: únicamente 19 en llamativo contraste con las ´más de 40 actuales. Cifras que hablan del sostenido crecimiento de esta justa a tono con la evolución deportiva del olimpismo en el mundo.

Es difícil un parangón con esos datos. Por lo demás, nuestra patria había lamentado el golpe cívico militar menos de dos años antes y el nuevo régimen comenzaba a asentarse en su perspectiva. El quehacer deportivo acusaba sus efectos, que el connotado dirigente Isaac Froimovich (Q.E.P.D.) definía “como el período más bajo de su historia”, acusando la falta de medios como causa principal de esta triste realidad. Lo triste era que la definición del momento era más que acertada. Las estadísticas la reflejaban con crudeza. Solo 64 deportistas lucieron los colores patrios en la capital mexicana, sede por segunda vez de la cita, forzada precisamente por la deserción de Chile a esa responsabilidad que había asumido en 1969. La organización en casa había proseguido superando los avatares propios de la contingencia, pero las autoridades precisaron que la falta de recursos tornaba imposible su realización en casa.  Más, la verdad era otra. El temor al boicot de importantes países a la competición como rechazo al gobierno militar.

La principal consecuencia era temida. El fracaso competitivo de nuestros exponentes. Así aconteció. En el medallero de dichos Juegos solo figuran dos preseas en poder de chilenos. Fernando Vera en la persecución individual del ciclismo y Leyla Musalem en el tenis femenino. Magro saldo que situó a nuestro país en el puesto 19 de la escalerilla panamericana, el más bajo de todas sus presentaciones en este nivel hasta nuestros días.
Poco que recordar deportivamente -salvo la campaña de Leyla que me tocó seguir- dentro de un peregrinaje por variados escenarios en pos de resultados positivos que nunca llegaron… Y, por supuesto, reconocer que Ciudad de México pudo asumir su tarea porque la cita de 1951 le había dejado el beneficio de escenarios adecuados no solo para espectáculos sino para su fortalecimiento deportivo. 

Algo que también nuestra patria recibirá tras Santiago 2023.Ver más

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Abanderados de lujo

Por Tito Norte, Premio Nacional de Periodismo Deportivo.

No se trata de una competición deportiva, si bien algo tiene de ello realmente. Lo cierto es que para esta oportunidad la incógnita ha quedado ya disipada. Y es que cada vez que se anuncia o se programa una justa de magnitud, siempre surgen los vaticinios sobre quiénes serán los portadores de nuestro emblema nacional en la ceremonia que abre la cita.

Por supuesto que en las designaciones, más allá de las porfías propias de algún  interesado, los responsables evalúan los antecedentes deportivos y personales de los principales candidatos. Sin embargo, no han faltado oportunidades en que se han propuesto designaciones amplias, populares.

Ahora, la tarea directiva  es en estos últimos años por partida doble ya que en las ceremonias de hasta poco tiempo atrás era solo uno –hombre o mujer- el orgulloso portador del emblema patrio. Por supuesto que en su mayoría eran hombres pero, al menos en nuestro medio, en dos Juegos Olímpicos y en Juegos Panamericanos la honrosa tarea fue asumida en forma indiscutible por Marlene Ahrens (Q.E.P.D.). 

Más, desde ya ha quedado a firme que esa tarea es propia de los organismos responsables como el Comité Olímpico en los señalados Juegos o la Federación correspondiente en caso de Panamericanos o Sudamericanos Específicos. Y se han acatado sus decisiones sin mayor estruendo. Como en esta oportunidad. Primero surgió la investidura de Kristel Köbrich y de Esteban Grimalt para los Panamericanos y los nombres tanto el de la nadadora como el del voleibolista solo recibieron aplausos ya que sus trayectorias son más que conocidas pues han sido plenamente divulgadas por sus actuaciones relevantes en ese nivel. Poco después surgieron los de Vicente Almonacid y Tamara Comelli como encargados de dicha tarea para los Juegos Parapanamericanos y no hubo mayores dudas. Es cierto que son menos conocidos en el ambiente general pero en su medio son indiscutidos. Figuras excelsas en la para natación y en los para tenis de mesa con preseas de distintos valores y en diferentes niveles.

Aplausos adelantados para los cuatro señeros deportistas y el reconocimiento para quienes procedieron en justicia en sus nominaciones.Ver más

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Un pionero de lujo

Por Tito Norte, Premio Nacional de Periodismo Deportivo.

Para muchos, sobre todo para los más jóvenes, es difícil entender que nuestro país –Santiago, en especial-, pudo haber tenido los Juegos Panamericanos casi medio siglo atrás. En 1975 para ser precisos. Sin embargo, así pudo ser.
Porque tras fracasadas postulaciones en los congresos directivos de Ciudad de México, Chicago, Sao Paulo y Winnipeg, logró en Cali, Colombia, en 1969, la aprobación para traer a casa en 1975 la anhelada competición. Sabino Aguad, dirigente de excepción en el medio local y con pleno reconocimiento internacional, está identificado con esos afanes en los que no cejó hasta la resolución final. Recordar sus esfuerzos desde el timón del Comité Olímpico nuestro y con apoyo de la entonces Dirección General de Deportes, precursora del actual Ministerio, es parte significativa del recuento de su vida que entregó poco antes de su partida.

Nuestro deporte había recibido en casa citas mundiales de trascendencia como el primero del básquetbol femenino y el tercero de los varones, el de esquí, el Mundial de 1962 con todo el estruendo que conlleva el fútbol, además de torneos subcontinentales en la mayoría de los deportes. Por eso, las postergaciones de la cita de las tres Américas era algo que se aguardaba con verdadera expectación. Y con un trabajo bien definido y organizado con el mismo Sabino a la cabeza que encontró en los sucesivos Gobiernos un pleno respaldo. Con ese propósito se reforzaron los trabajos del gimnasio en el Parque Cousiño que se extenderían por largos años hasta su terminación. Pero, además, hubo programas internacionales para acrecentar una mejor preparación de las figuras deportivas de ese entonces así como de técnicos nacionales y la venida de técnicos extranjeros.

El golpe de Estado de 1973 puso la lápida a lo avanzado, soslayando la importancia de todo lo que ya se exhibía como algo impensado. En vano se pretendió hasta su postergación para 1977, la última carta que jugó Aguad para no perder la sede. Su propuesta complicaba todo el calendario internacional y fue rechazada.

Algo que he querido recordar ahora que los plazos se acortan y la realidad de Santiago 2023 se torna inminente. Sobre todo porque hay voces que plantean un reconocimiento póstumo a Sabino Aguad Kunkar. Sería de justicia porque su porfía fue incansable hasta que debió conformarse “con el desencanto al no ver materializado mi más caro anhelo: los Juegos Panamericanos en Chile” como confiesa en sus memorias. Más, nadie puede soslayar que señaló un camino para que casi cincuenta años después vislumbremos esa grata realidad.Ver más

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Ejemplo de tenacidad

Por Tito Norte, Premio Nacional de Periodismo Deportivo.

Una lástima lo acontecido con el deportista nacional Sammis Reyes.

A la distancia solo nos enteramos de su fundamentada decisión. Deja el deporte que buscó con ansias apelando al consejo popular que todos recibimos más de alguna vez: La salud está primero. Lamentando una conmoción cerebral, optó por enfrentar la realidad con serena visión. Y así la ilusión de ser el primer jugador chileno en las grandes ligas del fútbol americano quedó solamente en eso. Sin embargo, nadie le podrá reprochar su actitud. Porque la verdad emerge clara. Primero la salud y a su edad, con una familia recién constituida, su elección solo merece reconocimiento.

Una lástima porque en el repaso de su breve trayectoria se advierte que es un muchacho esforzado. Por su estatura, superior a los dos metros, optó desde niño por el básquetbol y fue escalando posiciones hasta que llegó a la selección nacional. Indudable que mucho influyó el porte, clave ante los cestos, pero importante fue su esfuerzo que alcanzó mayor notoriedad cuando quiso ampliar su destino buscando proyectarse en rectángulos estadounidenses. Aventuró a una edad en que muchos de nuestros jóvenes siguen viviendo en sus hogares. Más, su familia le respaldó en su perspectiva y el resto lo hizo su tenacidad y la fe en sus medios.

Lo remarcable es que al no conseguir con rapidez los objetivos que se había planteado no trepidó en optar por nuevos horizontes. Así llegó al fútbol americano del que en nuestro medio poco se conoce y menos se practica en edad escolar o juvenil. Trabajó intensamente en desarrollar su físico y en aprender la nueva especialidad. Paulatinamente, fue avanzando hasta llegar este año a un contrato con la expectativa concreta de convertirse en titular de un club oficial. Y ahí acusó el nuevo tropiezo. Conmoción cerebral. Con la madurez recogida en tanto avatar vivido, su serena decisión fue rápida. No más fútbol americano.  Aunque eso signifique empezar de nuevo…

Pero Sammis Reyes ya ha demostrado que posee temple para salvar obstáculos difíciles y salir adelante. Por eso, solo cabe desearle que su dolencia no revista mayor trascendencia y que encuentre en plazos breves la solución a este nuevo problema. Uno más, es cierto, pero para Sammis no es imposible de solucionar.Ver más

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Notoria mejoría

Por Tito Norte, Premio Nacional de Periodismo Deportivo.

A medida que se acercan los Juegos Panamericanos, se van sumando los juicios coincidentes. Ya no se duda que serán el compromiso más importante que asuma nuestro deporte en su historia.

Si bien no faltan quienes insisten en el significado del Mundial de Fútbol de 1962, sin desmerecer su trascendencia y lo que significó para nuestro país más de medio siglo atrás, en el parangón con la cita venidera se justiprecia lo que significa reunir a más de nueve mil deportistas de cuarenta banderas diferentes para competir en más de treinta especialidades. Un esfuerzo organizativo de real magnitud con el agregado de lo que aportará en construcciones para el futuro desarrollo de esas competiciones, gracias al decidido aporte gubernamental.

Sin embargo, se está sumando también y con justicia la valiosa contribución del sector directivo que está al frente de los deportes integrados al programa de los Juegos. Trascendente es el rol de los técnicos encargados de la preparación directa de los representantes nacionales en las diversas exigencias deportivas. Pero también lo es el del sector directivo. Sobre todo, en esta perspectiva.

Es cierto que por algún tiempo fueron motivo de críticas ante la reiteración de cometidos en que hubo manejos en discordancia con la honestidad que debe primar en ellos y que hubo reiterados conflictos con los mismos deportistas a su cargo que se sintieron perjudicados en sus proyectos. Mas, el panorama ha cambiado.

Por una parte, una mejoría en la eficiencia de los controles de las subvenciones estatales, básicas para el desarrollo de estas actividades, pero también por el manifiesto avance en el manejo institucional de las federaciones. Gente no solo bien inspirada sino con conocimiento de sus deportes, de la gestión directiva y de sus procesos formativos así como de la constante necesidad de intercambio internacional.

Ahora es frecuente recibir noticias de todo el mundo en que se resalta la presencia chilena y no solo por la asistencia sino porque sus exponentes se suben al podio o están cerca de alcanzarlo. En ese sentido, se manifiesta el resultado de planificaciones previas adecuadas, de la elección de entrenadores competentes, de la disciplina reconocida en viajes y torneos.

Como el deporte será siempre un todo, es oportuno resaltar el equilibrio entre todos los factores que influyen en su desarrollo y realizaciones. Y en esa contingencia, dicha faceta está influyendo como se debe. Con la aprobación de todos.Ver más

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Respuesta al trabajo

Por Tito Norte, Premio Nacional de Periodismo Deportivo.

Solo respondió al favoritismo. Universidad de Concepción hizo historia en la Liga Nacional 1 de nuestro básquetbol al sumar tres estrellas consecutivas. Y lo alcanzó con la tranquilidad que se aguardaba. Si bien en la temporada regular las campañas con Colegio Los Leones fueron similares, ya en los play off finales se notó la diferencia que quedó reflejada en su cómoda ventaja de 4 a 1.

Mérito indiscutible de la entidad penquista, identificada con el quehacer cesteril por décadas y ahora consolidada como institución señera en el quehacer de una competición profesional. La legendaria Casa del Deporte es el cimiento desde antaño para el trabajo de sus formaciones y resulta grato comprobar que la fidelidad de sus adeptos se hace presente en las tribunas con sostenida y entusiasta concurrencia.

El resto lo hace su impecable gestión directiva desde hace algunos años con metas claras en sus expectativas con la consolidación de un plantel bien estructurado y la conducción técnica de Cipriano Núñez, atinada y perspicaz en el manejo de los partidos como respuesta al trabajo preparatorio en el gimnasio.

El acierto en el aporte foráneo de sus defensores se advirtió clave en las jornadas decisivas para establecer la diferencia insinuada. El complemento nacional, prospectos en su mayoría, respondió a las exigencias junto a la generosa madurez de Evandro Arteaga, quien con su eficiente despliegue confirmó que ha sido y es valor estelar de nuestro medio en las últimas dos décadas con respuestas lucidas cada vez que asumió decisivas responsabilidades con pleno éxito.

Todo este bagaje permite insinuar que Universidad de Concepción está en situación de llegar al plano internacional con la certeza de no desentonar, lo que es bastante exigencia para una formación de nuestro medio. Ya ha tenido algunos aprontes en esta misma temporada que confirman mejores perspectivas. Es una tarea por asumir que le haría mucho bien a nuestro básquetbol y que se constituiría en un incentivo para que en la propia Liga Nacional sigan su ejemplo. La receta la han exhibido los universitarios penquistas. Lamentablemente, no está al alcance de todos.Ver más

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Con legítimos atributos

Por Tito Norte, Premio Nacional de Periodismo Deportivo.

Es una realidad que no puede desmentirse. Si se habla de los compromisos deportivos internacionales que enfrentará nuestro país en breve, la mención llega en la mayoría de los casos a los Juegos Panamericanos. Y se olvida citar a los Juegos Parapanamericanos, que tendrán los mismos escenarios pocos días después. Desde el próximo 17 de noviembre para ser precisos.

Por eso, resulta grato repasar como paulatinamente el deporte paralímpico se ha ido consolidando en su actividad competitiva en este nuevo milenio. No solo en el medio nacional sino globalmente. Tuvo sí aprontes previos significativos bajo las denominaciones de Minusválidos o Parapléjicos que definitivamente quedaron atrás para recoger el nombre de Paralímpicos con reconocimiento internacional. Fue en Londres, la capital británica donde los Juegos tuvieron su versión inicial tras los Olímpicos de 2012, modalidad que se ha continuado realizando y que la entidad panamericana recogió para su máximo evento. También Londres fue el escenario donde nuestro semifondista Cristián Valenzuela consiguió el oro en los 1500 metros, primera presea dorada en el deporte clásico de nuestro atletismo.

Nuestro país supo de los Primeros Juegos Paralímpicos Sudamericanos con siete especialidades en el 2014 tras los Juegos Sudamericanos. Chile participó con 103 deportistas que ganaron 43 medallas para alcanzar el quinto lugar. Más, a nivel panamericano ha tenido figuras connotadas desde Robinson Méndez que logró el oro en tenis en silla de ruedas en 2017 a los que se han sumado los pesistas Juan Carlos Garrido y Jorge Carinao, las atletas Margarita Faúndez y Amanda Cerna, la tenista Francisca Mardones, los nadadores Valentina Muñoz, Alberto Abarza y Vicente Almonacid, los tenimesistas Matías Pino, Cristian Dettoni, Cristián Godoy y Tamara Leonelli, entre muchos, varios de los cuales volverán a estar en pos de nuevas satisfacciones para el deporte nacional pero que, en el fondo, son un premio a su tenacidad, a su preparación y a un afán generoso de superación.

Por eso, ojalá tengan en las tribunas un público que con su presencia y su aliento retribuyan esta nueva participación internacional en una porfía con casi dos millares de fraternos adversarios de 33 países que buscarán el medallero en la docena de modalidades consideradas en su calendario de competiciones.

Y es que los Juegos Parapanamericanos ya conquistaron, con muy buenas razones, su espacio en Santiago 2023 y en el calendario deportivo internacional.Ver más

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Una tarea adicional

Por Tito Norte, Premio Nacional de Periodismo Deportivo.

Y ya estamos en plena segunda mitad de 2023. Las distancias se abrevian con respecto a Santiago 2023 y algunos papeles cambian. Es innegable que, aún con todos sus avatares, la preocupación principal ya no son los escenarios para las diferentes competiciones. Nuevas construcciones, remodelaciones y los infaltables arreglos figuran en el rubro de lo ejecutado o ad portas de ello con plazos prudentes. Lo han asumido autoridades confiables. De manera que la mirada ahora, y por fin, tendrá que radicarse en la difusión de los deportes, en la trascendencia generosa del principal compromiso que ha afrontado nuestro país en su historia deportiva.

No somos los primeros en advertir la carencia de información sobre diversas especialidades. Nadie puede negar que sobre atletismo, básquetbol, fútbol y tenis, por ejemplo, el conocimiento popular está arraigado en nuestra afición. Son actividades que cuentan con mayores espacios en los medios aun cuando la prevalencia del fútbol es notoria. Se ha reiterado estos días sin torneos oficiales pero de igual cobertura generosa.

Se torna necesario, creo, que muchas otras especialidades que están en el programa de los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos emerjan con voces propias en aportar datos sobre su historia y sus expectativas pues figuran en situación de entregar una cuota significativa de medallas para hacer crecer las expectativas de superar globalmente los recientes cometidos nacionales aprovechando su condición de dueños de casa. Es innegable que cuentan con bases sólidas y seguidores incondicionales, pero es importante que aprovechen la oportunidad para sumar nuevas huestes en diferentes planos a sus filas. Un rol adicional que requiere de urgente gestión. Y a lo mejor de una planificación de perspectiva colectiva.

Son compromisos que no figuran en programa alguno, pero que es más que oportuno tener en cuenta porque a la larga figurarán en el balance de Santiago 2023.Ver más

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La tarea estaba hecha

Por Tito Norte, Premio Nacional de Periodismo Deportivo.

Es interesante revisar la historia del deporte de las Américas a medida que se acortan los plazos para tener en casa los Juegos de Santiago 2023. Porque la cita que lleva casi de tres cuartos de siglo de ininterrumpida realización de su máxima competición demoró bastantes años antes de su primer paso competitivo en Buenos Aires 1951.

Y es que la idea había surgido veinte años antes, pero su materialización se topó con inconvenientes de todo tipo. Propios de algunas organizaciones aún sin solidez y respaldo como para afrontar exigencias de este tipo hasta la Segunda Guerra Mundial por razones obvias. Los Juegos Olímpicos de Londres en 1948, asentada la paz en el orbe, fueron el encuentro propicio de los dirigentes americanos para definir con fecha incluida el comienzo de esta cita que cada cuatro años convoca a deportistas de las tres Américas. Un compromiso que se ha asumido con seriedad desde que en el verano de 1951, Buenos Aires recibiera a más de 2500 deportistas de 21 países para rivalizar fraternalmente en 19 especialidades.

Lo aún sorprendente es no encontrar a nuestro país entre quienes han asumido la exigente tarea de tener en casa a la magna justa. Más, las aspiraciones han existido desde siempre. Hubo varios intentos de postulación de nuestro Comité con el aval de haber tenido ya a esos años las sedes de los Mundiales de Pentatlón, de Fútbol y de Esquí, sin embargo solo en el Congreso de Cali, Colombia, en 1969, se presentó el petitorio formal con el respaldo decidido desde la Presidencia de la República. Se obtuvo para 1975 y no hay dudas que se habría cumplido un buen papel.

La experiencia organizativa estaba y dirigentes de los tres Mundiales previos acompañaban a Sabino Aguad Kunkar en el Copan, sigla que identificaba al Comité al frente de la seria responsabilidad. En su libro “El deporte, pasión de mi vida”, Sabino –Mejor Dirigente Deportivo del siglo pasado junto a Carlos Dittborn- relata no solo lo avanzado en la organización sino hasta el respaldo desde más allá de nuestras fronteras. Y no hay dudas que el deporte chileno habría sacado aplausos tras su realización. Pero todo quedó tronchado. A poco del golpe militar, surgió el desistimiento gubernamental porque “otras prioridades nacionales aconsejan concentrar esfuerzos y recursos que, forzosamente deben ser restados a la justa deportiva”.

Todos los intentos por no perder la sede fracasaron. Desde el intercambio con San Juan de Puerto Rico, que los realizaría en 1979, hasta visitas de dirigentes internacionales que avalaban el encuentro no tuvieron eco. La organización deportiva panamericana no pudo esperar más y Sao Paulo asumió el reemplazo. Curiosamente, poco después desistió y Ciudad de México debió responsabilizarse.

Más, la revisión de todo lo avanzado en esa época muestra que Santiago estaba adecuadamente preparado para recibir a los Juegos Panamericanos 1975. Es lo que he estimado oportuno recordar casi medio siglo después, a corta distancia de Santiago 2023.Ver más

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