El primer regalo

Por Tito Norte, Premio Nacional de Periodismo Deportivo.

Es cierto que aún la inauguración oficial no se realiza. Mas, lo concreto es que ya Santiago está viviendo la máxima fiesta del deporte de las Américas. La cita que debió realizarse en 1975 y en 1983 al fin instaló su sede en nuestra capital. La llegada de avanzadas de delegaciones foráneas abrieron la realidad de su realización y el béisbol y el boxeo se apresuraron en iniciar sus competiciones. Ahora se irán sumando las otras especialidades y también las representaciones de las 41 banderas que engalanarán escenarios no solo en la capital sino también en otras ciudades de nuestro territorio. 

Todo el tiempo aguardado encontrará ahora una explicación fácil. Ya el béisbol lo anticipo en ese madrugador compromiso entre México y la selección local. Una asistencia considerable para una especialidad que por años ha mantenido una porfía por crecer. Obviamente, la carencia de una sede en la capital ha sido su principal tropiezo porque dirigentes agotaron trajines en pos de conseguir ese “diamante” que para la especialidad es una joya donde se miden los afanes de sus cultores. Indudable que más allá del desenlace deportivo, el ganador fue el deporte mismo. Era cosa de ver las características del escenario. Cómo habrán gozado desde las alturas Ricardo Santander y José Joaquín Pérez que se cansaron de batallar sin lograrlo. Lo que ellos pretendieron décadas atrás requirió de unos Juegos Panamericanos para convertirse en realidad. Y otros que prosiguieron en esa misión como Jorge Parada, Aldo Picozzi, Enrique Cabezas y Alfredo Román podrán asomarse a algún partido para comprobar que es cierto. Supe en directo de su batallar contra la indiferencia de variados sectores. Más, como muchas cosas en nuestro Chile, “demoró pero salió”.

El desenlace deportivo quedó atrás. Es la clara diferencia entre una potencia del más alto nivel y de una selección con el déficit señalado. Por eso alegra el respaldo en las tribunas y algo más que conformidad con el resultado. El propósito de sus defensores de que el futuro será distinto porque ya no se toparán los avatares de la principal carencia.

Es el saldo favorable que dejan estas grandes competiciones. El béisbol no será el único beneficiado. También otros deportes sumarán de aportes de esta magnitud, básicos para todo desarrollo y crecimiento. Con la expectativa de crecer en cultores y en rendimiento. En buena hora.Ver más

0
Una realidad diferente

Por Tito Norte, Premio Nacional de Periodismo Deportivo.

A sólo días de Santiago 2023, mis recuerdos para mi primera experiencia panamericana hace ya casi medio siglo. Fue en Ciudad de México en marzo de 1975. Era la séptima versión de la competición de América toda, si bien las representaciones de países fueron solo 33 en parangón con las más de 40 que han marcado presencia en las últimas versiones. Y ni hablar de las especialidades deportivas: únicamente 19 en llamativo contraste con las ´más de 40 actuales. Cifras que hablan del sostenido crecimiento de esta justa a tono con la evolución deportiva del olimpismo en el mundo.

Es difícil un parangón con esos datos. Por lo demás, nuestra patria había lamentado el golpe cívico militar menos de dos años antes y el nuevo régimen comenzaba a asentarse en su perspectiva. El quehacer deportivo acusaba sus efectos, que el connotado dirigente Isaac Froimovich (Q.E.P.D.) definía “como el período más bajo de su historia”, acusando la falta de medios como causa principal de esta triste realidad. Lo triste era que la definición del momento era más que acertada. Las estadísticas la reflejaban con crudeza. Solo 64 deportistas lucieron los colores patrios en la capital mexicana, sede por segunda vez de la cita, forzada precisamente por la deserción de Chile a esa responsabilidad que había asumido en 1969. La organización en casa había proseguido superando los avatares propios de la contingencia, pero las autoridades precisaron que la falta de recursos tornaba imposible su realización en casa.  Más, la verdad era otra. El temor al boicot de importantes países a la competición como rechazo al gobierno militar.

La principal consecuencia era temida. El fracaso competitivo de nuestros exponentes. Así aconteció. En el medallero de dichos Juegos solo figuran dos preseas en poder de chilenos. Fernando Vera en la persecución individual del ciclismo y Leyla Musalem en el tenis femenino. Magro saldo que situó a nuestro país en el puesto 19 de la escalerilla panamericana, el más bajo de todas sus presentaciones en este nivel hasta nuestros días.
Poco que recordar deportivamente -salvo la campaña de Leyla que me tocó seguir- dentro de un peregrinaje por variados escenarios en pos de resultados positivos que nunca llegaron… Y, por supuesto, reconocer que Ciudad de México pudo asumir su tarea porque la cita de 1951 le había dejado el beneficio de escenarios adecuados no solo para espectáculos sino para su fortalecimiento deportivo. 

Algo que también nuestra patria recibirá tras Santiago 2023.Ver más

0
Abanderados de lujo

Por Tito Norte, Premio Nacional de Periodismo Deportivo.

No se trata de una competición deportiva, si bien algo tiene de ello realmente. Lo cierto es que para esta oportunidad la incógnita ha quedado ya disipada. Y es que cada vez que se anuncia o se programa una justa de magnitud, siempre surgen los vaticinios sobre quiénes serán los portadores de nuestro emblema nacional en la ceremonia que abre la cita.

Por supuesto que en las designaciones, más allá de las porfías propias de algún  interesado, los responsables evalúan los antecedentes deportivos y personales de los principales candidatos. Sin embargo, no han faltado oportunidades en que se han propuesto designaciones amplias, populares.

Ahora, la tarea directiva  es en estos últimos años por partida doble ya que en las ceremonias de hasta poco tiempo atrás era solo uno –hombre o mujer- el orgulloso portador del emblema patrio. Por supuesto que en su mayoría eran hombres pero, al menos en nuestro medio, en dos Juegos Olímpicos y en Juegos Panamericanos la honrosa tarea fue asumida en forma indiscutible por Marlene Ahrens (Q.E.P.D.). 

Más, desde ya ha quedado a firme que esa tarea es propia de los organismos responsables como el Comité Olímpico en los señalados Juegos o la Federación correspondiente en caso de Panamericanos o Sudamericanos Específicos. Y se han acatado sus decisiones sin mayor estruendo. Como en esta oportunidad. Primero surgió la investidura de Kristel Köbrich y de Esteban Grimalt para los Panamericanos y los nombres tanto el de la nadadora como el del voleibolista solo recibieron aplausos ya que sus trayectorias son más que conocidas pues han sido plenamente divulgadas por sus actuaciones relevantes en ese nivel. Poco después surgieron los de Vicente Almonacid y Tamara Comelli como encargados de dicha tarea para los Juegos Parapanamericanos y no hubo mayores dudas. Es cierto que son menos conocidos en el ambiente general pero en su medio son indiscutidos. Figuras excelsas en la para natación y en los para tenis de mesa con preseas de distintos valores y en diferentes niveles.

Aplausos adelantados para los cuatro señeros deportistas y el reconocimiento para quienes procedieron en justicia en sus nominaciones.Ver más

0
Un pionero de lujo

Por Tito Norte, Premio Nacional de Periodismo Deportivo.

Para muchos, sobre todo para los más jóvenes, es difícil entender que nuestro país –Santiago, en especial-, pudo haber tenido los Juegos Panamericanos casi medio siglo atrás. En 1975 para ser precisos. Sin embargo, así pudo ser.
Porque tras fracasadas postulaciones en los congresos directivos de Ciudad de México, Chicago, Sao Paulo y Winnipeg, logró en Cali, Colombia, en 1969, la aprobación para traer a casa en 1975 la anhelada competición. Sabino Aguad, dirigente de excepción en el medio local y con pleno reconocimiento internacional, está identificado con esos afanes en los que no cejó hasta la resolución final. Recordar sus esfuerzos desde el timón del Comité Olímpico nuestro y con apoyo de la entonces Dirección General de Deportes, precursora del actual Ministerio, es parte significativa del recuento de su vida que entregó poco antes de su partida.

Nuestro deporte había recibido en casa citas mundiales de trascendencia como el primero del básquetbol femenino y el tercero de los varones, el de esquí, el Mundial de 1962 con todo el estruendo que conlleva el fútbol, además de torneos subcontinentales en la mayoría de los deportes. Por eso, las postergaciones de la cita de las tres Américas era algo que se aguardaba con verdadera expectación. Y con un trabajo bien definido y organizado con el mismo Sabino a la cabeza que encontró en los sucesivos Gobiernos un pleno respaldo. Con ese propósito se reforzaron los trabajos del gimnasio en el Parque Cousiño que se extenderían por largos años hasta su terminación. Pero, además, hubo programas internacionales para acrecentar una mejor preparación de las figuras deportivas de ese entonces así como de técnicos nacionales y la venida de técnicos extranjeros.

El golpe de Estado de 1973 puso la lápida a lo avanzado, soslayando la importancia de todo lo que ya se exhibía como algo impensado. En vano se pretendió hasta su postergación para 1977, la última carta que jugó Aguad para no perder la sede. Su propuesta complicaba todo el calendario internacional y fue rechazada.

Algo que he querido recordar ahora que los plazos se acortan y la realidad de Santiago 2023 se torna inminente. Sobre todo porque hay voces que plantean un reconocimiento póstumo a Sabino Aguad Kunkar. Sería de justicia porque su porfía fue incansable hasta que debió conformarse “con el desencanto al no ver materializado mi más caro anhelo: los Juegos Panamericanos en Chile” como confiesa en sus memorias. Más, nadie puede soslayar que señaló un camino para que casi cincuenta años después vislumbremos esa grata realidad.Ver más

0
Ejemplo de tenacidad

Por Tito Norte, Premio Nacional de Periodismo Deportivo.

Una lástima lo acontecido con el deportista nacional Sammis Reyes.

A la distancia solo nos enteramos de su fundamentada decisión. Deja el deporte que buscó con ansias apelando al consejo popular que todos recibimos más de alguna vez: La salud está primero. Lamentando una conmoción cerebral, optó por enfrentar la realidad con serena visión. Y así la ilusión de ser el primer jugador chileno en las grandes ligas del fútbol americano quedó solamente en eso. Sin embargo, nadie le podrá reprochar su actitud. Porque la verdad emerge clara. Primero la salud y a su edad, con una familia recién constituida, su elección solo merece reconocimiento.

Una lástima porque en el repaso de su breve trayectoria se advierte que es un muchacho esforzado. Por su estatura, superior a los dos metros, optó desde niño por el básquetbol y fue escalando posiciones hasta que llegó a la selección nacional. Indudable que mucho influyó el porte, clave ante los cestos, pero importante fue su esfuerzo que alcanzó mayor notoriedad cuando quiso ampliar su destino buscando proyectarse en rectángulos estadounidenses. Aventuró a una edad en que muchos de nuestros jóvenes siguen viviendo en sus hogares. Más, su familia le respaldó en su perspectiva y el resto lo hizo su tenacidad y la fe en sus medios.

Lo remarcable es que al no conseguir con rapidez los objetivos que se había planteado no trepidó en optar por nuevos horizontes. Así llegó al fútbol americano del que en nuestro medio poco se conoce y menos se practica en edad escolar o juvenil. Trabajó intensamente en desarrollar su físico y en aprender la nueva especialidad. Paulatinamente, fue avanzando hasta llegar este año a un contrato con la expectativa concreta de convertirse en titular de un club oficial. Y ahí acusó el nuevo tropiezo. Conmoción cerebral. Con la madurez recogida en tanto avatar vivido, su serena decisión fue rápida. No más fútbol americano.  Aunque eso signifique empezar de nuevo…

Pero Sammis Reyes ya ha demostrado que posee temple para salvar obstáculos difíciles y salir adelante. Por eso, solo cabe desearle que su dolencia no revista mayor trascendencia y que encuentre en plazos breves la solución a este nuevo problema. Uno más, es cierto, pero para Sammis no es imposible de solucionar.Ver más

0
Notoria mejoría

Por Tito Norte, Premio Nacional de Periodismo Deportivo.

A medida que se acercan los Juegos Panamericanos, se van sumando los juicios coincidentes. Ya no se duda que serán el compromiso más importante que asuma nuestro deporte en su historia.

Si bien no faltan quienes insisten en el significado del Mundial de Fútbol de 1962, sin desmerecer su trascendencia y lo que significó para nuestro país más de medio siglo atrás, en el parangón con la cita venidera se justiprecia lo que significa reunir a más de nueve mil deportistas de cuarenta banderas diferentes para competir en más de treinta especialidades. Un esfuerzo organizativo de real magnitud con el agregado de lo que aportará en construcciones para el futuro desarrollo de esas competiciones, gracias al decidido aporte gubernamental.

Sin embargo, se está sumando también y con justicia la valiosa contribución del sector directivo que está al frente de los deportes integrados al programa de los Juegos. Trascendente es el rol de los técnicos encargados de la preparación directa de los representantes nacionales en las diversas exigencias deportivas. Pero también lo es el del sector directivo. Sobre todo, en esta perspectiva.

Es cierto que por algún tiempo fueron motivo de críticas ante la reiteración de cometidos en que hubo manejos en discordancia con la honestidad que debe primar en ellos y que hubo reiterados conflictos con los mismos deportistas a su cargo que se sintieron perjudicados en sus proyectos. Mas, el panorama ha cambiado.

Por una parte, una mejoría en la eficiencia de los controles de las subvenciones estatales, básicas para el desarrollo de estas actividades, pero también por el manifiesto avance en el manejo institucional de las federaciones. Gente no solo bien inspirada sino con conocimiento de sus deportes, de la gestión directiva y de sus procesos formativos así como de la constante necesidad de intercambio internacional.

Ahora es frecuente recibir noticias de todo el mundo en que se resalta la presencia chilena y no solo por la asistencia sino porque sus exponentes se suben al podio o están cerca de alcanzarlo. En ese sentido, se manifiesta el resultado de planificaciones previas adecuadas, de la elección de entrenadores competentes, de la disciplina reconocida en viajes y torneos.

Como el deporte será siempre un todo, es oportuno resaltar el equilibrio entre todos los factores que influyen en su desarrollo y realizaciones. Y en esa contingencia, dicha faceta está influyendo como se debe. Con la aprobación de todos.Ver más

0
Respuesta al trabajo

Por Tito Norte, Premio Nacional de Periodismo Deportivo.

Solo respondió al favoritismo. Universidad de Concepción hizo historia en la Liga Nacional 1 de nuestro básquetbol al sumar tres estrellas consecutivas. Y lo alcanzó con la tranquilidad que se aguardaba. Si bien en la temporada regular las campañas con Colegio Los Leones fueron similares, ya en los play off finales se notó la diferencia que quedó reflejada en su cómoda ventaja de 4 a 1.

Mérito indiscutible de la entidad penquista, identificada con el quehacer cesteril por décadas y ahora consolidada como institución señera en el quehacer de una competición profesional. La legendaria Casa del Deporte es el cimiento desde antaño para el trabajo de sus formaciones y resulta grato comprobar que la fidelidad de sus adeptos se hace presente en las tribunas con sostenida y entusiasta concurrencia.

El resto lo hace su impecable gestión directiva desde hace algunos años con metas claras en sus expectativas con la consolidación de un plantel bien estructurado y la conducción técnica de Cipriano Núñez, atinada y perspicaz en el manejo de los partidos como respuesta al trabajo preparatorio en el gimnasio.

El acierto en el aporte foráneo de sus defensores se advirtió clave en las jornadas decisivas para establecer la diferencia insinuada. El complemento nacional, prospectos en su mayoría, respondió a las exigencias junto a la generosa madurez de Evandro Arteaga, quien con su eficiente despliegue confirmó que ha sido y es valor estelar de nuestro medio en las últimas dos décadas con respuestas lucidas cada vez que asumió decisivas responsabilidades con pleno éxito.

Todo este bagaje permite insinuar que Universidad de Concepción está en situación de llegar al plano internacional con la certeza de no desentonar, lo que es bastante exigencia para una formación de nuestro medio. Ya ha tenido algunos aprontes en esta misma temporada que confirman mejores perspectivas. Es una tarea por asumir que le haría mucho bien a nuestro básquetbol y que se constituiría en un incentivo para que en la propia Liga Nacional sigan su ejemplo. La receta la han exhibido los universitarios penquistas. Lamentablemente, no está al alcance de todos.Ver más

0
Con legítimos atributos

Por Tito Norte, Premio Nacional de Periodismo Deportivo.

Es una realidad que no puede desmentirse. Si se habla de los compromisos deportivos internacionales que enfrentará nuestro país en breve, la mención llega en la mayoría de los casos a los Juegos Panamericanos. Y se olvida citar a los Juegos Parapanamericanos, que tendrán los mismos escenarios pocos días después. Desde el próximo 17 de noviembre para ser precisos.

Por eso, resulta grato repasar como paulatinamente el deporte paralímpico se ha ido consolidando en su actividad competitiva en este nuevo milenio. No solo en el medio nacional sino globalmente. Tuvo sí aprontes previos significativos bajo las denominaciones de Minusválidos o Parapléjicos que definitivamente quedaron atrás para recoger el nombre de Paralímpicos con reconocimiento internacional. Fue en Londres, la capital británica donde los Juegos tuvieron su versión inicial tras los Olímpicos de 2012, modalidad que se ha continuado realizando y que la entidad panamericana recogió para su máximo evento. También Londres fue el escenario donde nuestro semifondista Cristián Valenzuela consiguió el oro en los 1500 metros, primera presea dorada en el deporte clásico de nuestro atletismo.

Nuestro país supo de los Primeros Juegos Paralímpicos Sudamericanos con siete especialidades en el 2014 tras los Juegos Sudamericanos. Chile participó con 103 deportistas que ganaron 43 medallas para alcanzar el quinto lugar. Más, a nivel panamericano ha tenido figuras connotadas desde Robinson Méndez que logró el oro en tenis en silla de ruedas en 2017 a los que se han sumado los pesistas Juan Carlos Garrido y Jorge Carinao, las atletas Margarita Faúndez y Amanda Cerna, la tenista Francisca Mardones, los nadadores Valentina Muñoz, Alberto Abarza y Vicente Almonacid, los tenimesistas Matías Pino, Cristian Dettoni, Cristián Godoy y Tamara Leonelli, entre muchos, varios de los cuales volverán a estar en pos de nuevas satisfacciones para el deporte nacional pero que, en el fondo, son un premio a su tenacidad, a su preparación y a un afán generoso de superación.

Por eso, ojalá tengan en las tribunas un público que con su presencia y su aliento retribuyan esta nueva participación internacional en una porfía con casi dos millares de fraternos adversarios de 33 países que buscarán el medallero en la docena de modalidades consideradas en su calendario de competiciones.

Y es que los Juegos Parapanamericanos ya conquistaron, con muy buenas razones, su espacio en Santiago 2023 y en el calendario deportivo internacional.Ver más

0
Una tarea adicional

Por Tito Norte, Premio Nacional de Periodismo Deportivo.

Y ya estamos en plena segunda mitad de 2023. Las distancias se abrevian con respecto a Santiago 2023 y algunos papeles cambian. Es innegable que, aún con todos sus avatares, la preocupación principal ya no son los escenarios para las diferentes competiciones. Nuevas construcciones, remodelaciones y los infaltables arreglos figuran en el rubro de lo ejecutado o ad portas de ello con plazos prudentes. Lo han asumido autoridades confiables. De manera que la mirada ahora, y por fin, tendrá que radicarse en la difusión de los deportes, en la trascendencia generosa del principal compromiso que ha afrontado nuestro país en su historia deportiva.

No somos los primeros en advertir la carencia de información sobre diversas especialidades. Nadie puede negar que sobre atletismo, básquetbol, fútbol y tenis, por ejemplo, el conocimiento popular está arraigado en nuestra afición. Son actividades que cuentan con mayores espacios en los medios aun cuando la prevalencia del fútbol es notoria. Se ha reiterado estos días sin torneos oficiales pero de igual cobertura generosa.

Se torna necesario, creo, que muchas otras especialidades que están en el programa de los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos emerjan con voces propias en aportar datos sobre su historia y sus expectativas pues figuran en situación de entregar una cuota significativa de medallas para hacer crecer las expectativas de superar globalmente los recientes cometidos nacionales aprovechando su condición de dueños de casa. Es innegable que cuentan con bases sólidas y seguidores incondicionales, pero es importante que aprovechen la oportunidad para sumar nuevas huestes en diferentes planos a sus filas. Un rol adicional que requiere de urgente gestión. Y a lo mejor de una planificación de perspectiva colectiva.

Son compromisos que no figuran en programa alguno, pero que es más que oportuno tener en cuenta porque a la larga figurarán en el balance de Santiago 2023.Ver más

0
La tarea estaba hecha

Por Tito Norte, Premio Nacional de Periodismo Deportivo.

Es interesante revisar la historia del deporte de las Américas a medida que se acortan los plazos para tener en casa los Juegos de Santiago 2023. Porque la cita que lleva casi de tres cuartos de siglo de ininterrumpida realización de su máxima competición demoró bastantes años antes de su primer paso competitivo en Buenos Aires 1951.

Y es que la idea había surgido veinte años antes, pero su materialización se topó con inconvenientes de todo tipo. Propios de algunas organizaciones aún sin solidez y respaldo como para afrontar exigencias de este tipo hasta la Segunda Guerra Mundial por razones obvias. Los Juegos Olímpicos de Londres en 1948, asentada la paz en el orbe, fueron el encuentro propicio de los dirigentes americanos para definir con fecha incluida el comienzo de esta cita que cada cuatro años convoca a deportistas de las tres Américas. Un compromiso que se ha asumido con seriedad desde que en el verano de 1951, Buenos Aires recibiera a más de 2500 deportistas de 21 países para rivalizar fraternalmente en 19 especialidades.

Lo aún sorprendente es no encontrar a nuestro país entre quienes han asumido la exigente tarea de tener en casa a la magna justa. Más, las aspiraciones han existido desde siempre. Hubo varios intentos de postulación de nuestro Comité con el aval de haber tenido ya a esos años las sedes de los Mundiales de Pentatlón, de Fútbol y de Esquí, sin embargo solo en el Congreso de Cali, Colombia, en 1969, se presentó el petitorio formal con el respaldo decidido desde la Presidencia de la República. Se obtuvo para 1975 y no hay dudas que se habría cumplido un buen papel.

La experiencia organizativa estaba y dirigentes de los tres Mundiales previos acompañaban a Sabino Aguad Kunkar en el Copan, sigla que identificaba al Comité al frente de la seria responsabilidad. En su libro “El deporte, pasión de mi vida”, Sabino –Mejor Dirigente Deportivo del siglo pasado junto a Carlos Dittborn- relata no solo lo avanzado en la organización sino hasta el respaldo desde más allá de nuestras fronteras. Y no hay dudas que el deporte chileno habría sacado aplausos tras su realización. Pero todo quedó tronchado. A poco del golpe militar, surgió el desistimiento gubernamental porque “otras prioridades nacionales aconsejan concentrar esfuerzos y recursos que, forzosamente deben ser restados a la justa deportiva”.

Todos los intentos por no perder la sede fracasaron. Desde el intercambio con San Juan de Puerto Rico, que los realizaría en 1979, hasta visitas de dirigentes internacionales que avalaban el encuentro no tuvieron eco. La organización deportiva panamericana no pudo esperar más y Sao Paulo asumió el reemplazo. Curiosamente, poco después desistió y Ciudad de México debió responsabilizarse.

Más, la revisión de todo lo avanzado en esa época muestra que Santiago estaba adecuadamente preparado para recibir a los Juegos Panamericanos 1975. Es lo que he estimado oportuno recordar casi medio siglo después, a corta distancia de Santiago 2023.Ver más

0
El ejemplo estelar de Kristel Köbrich

Por Tito Norte, Premio Nacional de Periodismo Deportivo.

Entre la permanentemente generosa cobertura del fútbol profesional nacional y extranjero, la noticia alcanzó a porfiar espacios y a ser destacada como lo que era: un logro importante para el quehacer deportivo de Chile, máxime cuando los Panamericanos y Parapanamericanos en casa se siguen acercando en el calendario y en los avances como sede.

Me refiero a la nueva conquista de Kristel Köbrich, la máxima figura de la natación chilena de todos los tiempos. Más allá de que sea una verdadera costumbre que, a despecho del tiempo transcurrido en albercas del país y del extranjero, le permita seguir figurando en competiciones internacionales, lo novedoso de su performance va más allá del propio registro por sus proyecciones. Y es que en un importante y exigente encuentro en aguas estadounidenses los 16:10:58 anotados en los 1500 metros planos la dejan al alcance de los Juegos Olímpicos de París el año venidero. Y lo trascendente no es solo su presencia en el marco de los cinco anillos, sino que esa participación sería la sexta que resaltaría en su ya amplio y estelar currículo.

Las estadísticas señalan que solo tres nadadores de otras banderas han alcanzado esa cuota, lo que la situaría en ese particular podio de presencias. Y en nuestro medio pasaría a ser la única exponente en sumar esa cifra. La atleta Erika Olivera, ya alejada de la competición y hoy parlamentaria, tiene cinco justas magnas a su haber compartiendo con Kristel ese privilegio.

Ojalá nuestra figura acuática lo consiga, al margen de lo que pueda entregar en los Juegos Panamericanos 2023. Sería un lindo premio a su entrega a este deporte, que por sus propias convicciones le ha hecho trabajar con rigurosidad llamativa, lejos incluso de su hogar. Y que promete continuar realizando porque declara que es lo que le gusta y que hace con verdadera pasión.

No hay duda que estamos ante una figura de excepción. Lo que no quiere decir que no sea un ejemplo para tantos deportistas jóvenes –no solo de la natación clásica- que insinúan condiciones. La perseverante dedicación de Kristel Köbrich es una lección a la vista de lo que se puede alcanzar con voluntad y amor por lo que se hace.Ver más

0
México 75, una cita para olvidar

Por Tito Norte, Premio Nacional de Periodismo Deportivo.

Las experiencias recogidas en competiciones internacionales son siempre variadas. En nuestra columna anterior, resalté el significado de ser testigo por primera vez de una medalla de oro conquistada por un deportista chileno en unos Juegos Panamericanos. Y volvíamos a aplaudir la emoción que nos brindó el esfuerzo generoso del corredor en patines Francisco Fuentes. Es que habíamos estado ya en dos citas de esta magnitud sin recibir una satisfacción de ese volumen.

Había debutado profesionalmente en ese nivel en los Juegos de Ciudad de México en 1975, una experiencia ingrata desde todo punto de vista. En lo deportivo, porque la capital mexicana había asumido el reemplazo de Santiago de Chile, que había desistido tras el golpe militar. La presidencia de la entonces Odepa estaba en manos de Mario Vásquez Raña, mexicano, empresario de generosos bolsillos, que asumió la responsabilidad para no ensuciar su gestión y continuar sin tropiezos al frente del organismo panamericano. De manera que todo contacto no comenzaba en plano deportivo sino en tratar de definir lo que se estaba viviendo en nuestro país. Aparte de que virtualmente todos los días nos golpeaba el anuncio del supuesto asilo de un miembro de la reducida delegación nacional. Porque los competidores con los colores patrios fueron solo 64, la menor en toda la historia de la participación nacional. Los que a su vez tuvieron que soportar similar asedio, pero en especial por la pérdida de la sede y la expectativa de serlo en años inmediatos.

Con un grupo disminuido era imposible postular a medallas o a retener alguno de los lugares conseguidos en las recolecciones anteriores. Más lo que no se vislumbraba es que se recogieran solo dos preseas y ambas de bronce. Leyla Musalem en el tenis con mucho temple en tan adversas condiciones y Fernando Vera en la persecución individual del ciclismo inscribieron su nombre para evitar que el descalabro nos dejara, incluso, fuera del recuento. Chile terminó 19º, la peor de todos los tiempos. Felizmente, irrepetible.

Junto a Sabino Aguad, ungido como Mejor Dirigente de América en mérito a su brillante y extensa trayectoria, fueron los nombres que evitaron al deporte nacional un papelón aún más severo que el que registran las estadísticas. Y que desde el periodismo deportivo no se pudo soslayar.Ver más

0
Un oro panamericano inolvidable

Por Tito Norte, Premio Nacional de Periodismo Deportivo.

Mi desempeño en medios de comunicación me permitió asistir a tres Juegos Panamericanos: Ciudad de México 75, San Juan de Puerto Rico 79 y La Habana 91. No eran los mejores años de nuestro deporte. Baste señalar que en el primero Chile sumó solo dos bronces en el peor saldo de su historia en esta justa. En San Juan se mejoró, pero el oro fue uno solo: persecución por equipos en ciclismo.

Curiosamente, esa prueba a poco de realizar se suspendió por lluvia. “Hasta el día siguiente”, anunciaron los organizadores, pero como se vislumbraba otro aguacero, cambiaron y se efectuó solo horas más tarde con oro para los nuestros: Vera, Tormen, Aliste y Muñoz. Sin embargo, el triunfo lo vieron solo los pedaleros y sus técnicos. Ningún medio nacional. Con decir que el cuarteto tuvo que simular y repetir pasajes de su actuar horas después para que los reporteros gráficos chilenos pudieran enviar algún “testimonio” a los medios…

Tampoco fueron pródigos en preseas de oro los Juegos siguientes. En Indianápolis, el atleta Emilio Ulloa y en Caracas, el balista Gert Weil fueron los únicos que aportaron. Por eso, en mi viaje a La Habana confiaba en ver a algún deportista nuestro en lo alto del podio. Weil era el gran candidato, pero como yo solo iba como colaborador de La Nación, mi colega titular optó por asumir esa cobertura y me dejó en libertad para que escogiera otro deporte con presencia nacional.

Por esas cosas de Dios, opté por el patín carreras. Me dirigí al patinódromo y al acercarme a la tribuna de prensa, mi colega argentino Eduardo Alperín me recibió a los gritos: “Mirá, Tito, el chileno ya ganó… Se arrancó en la primera vuelta. No lo pilla nadie…”. Y fue cierto. Francisco Fuentes hizo la gracia con un giro de ventaja hasta cruzar la meta de la prueba larga. Un oro impensado.

Poco demoré en llegar a la pista a felicitarlo. Un emocionado abrazo. Tenía la suerte de conocerlo. Para los Juegos Sudamericanos de Santiago, -Odesur, en ese entonces- de los que fui subjefe de Prensa, nos ayudaron alumnos de la Escuela de Educación Física de la universidad San Alberto Hurtado. Uno era Pancho, quien con su conquista inició el triunfal camino dorado del patín carreras en este nivel, que siguieron después Marcela Cáceres, Emmanuelle Silva y María José Moya.

Para mí, la alegría de ver a un chileno auténtico como indiscutido campeón continúa siendo inolvidable. Te sigo agradeciendo, Pancho.Ver más

0
Lima 2019, prometedor aperitivo

Por Tito Norte, Premio Nacional de Periodismo Deportivo.

La impresión final de un compromiso de la envergadura de los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos no solo dependerá de la calidad de infraestructura de sus escenarios para la competición y para el hospedaje de sus visitantes sino también del respaldo que entregue el público a las 39 especialidades en que rivalizarán un par de semanas en pos de marcas y de medallas más de ocho mil atletas.

Las ciudades sedes –en el fondo, el país organizador- asumen también el compromiso de presentar deportistas que individual o colectivamente cumplan un papel destacado en la pugna con los atletas de los 40 países que llegarán tras similares objetivos. Ya está comprobado que esa porfía no solo deriva en superar las cuotas habituales de preseas sino que se refleja en el ejemplo que dejan a futuro para las generaciones venideras.

Desde que el mediofondista Gustavo Rojas entregó la primera medalla –bronce en 1500 m planos el 1 de marzo- en los Juegos iniciales de Buenos Aires 51, los competidores chilenos han sumado 336 podios alcanzando en 57 oportunidades el sitial más alto. Colectivamente Chile comenzó en meritorio cuarto lugar con altibajos posteriores que le llevaron hasta el 19º puesto en su peor ubicación en México 75. Felizmente, la recuperación ha sido notoria, consecuencia de mayor y mejor disposición de recursos y de un más responsable trabajo directivo con el respaldo siempre trascendente del Estado y en creciente grado de la empresa privada.

Así, en la última cita de Lima 2019 se sumaron alegrías en número superior a las versiones anteriores y se dejó entrever un contingente crecido de deportistas que para la magna cita en casa a cuatro años plazo podrían reiterar o superar sus cometidos. Es la esperanza que se mantiene, acicateada por la preparación consistente y por el roce competitivo en niveles exigentes en la mayoría de las especialidades sostenidos la justa en la capital peruana.

Aguardemos, entonces, con optimismo el cada vez más cercano 20 de octubre.Ver más

0
Esperando Santiago 2023

Por Tito Norte, Premio Nacional de Periodismo Deportivo.

Y esta vez serán realidad.

El deporte chileno se apresta a recibir los Juegos Panamericanos 2023 tras varios aprontes fracasados. A ellos ahora se suman los Parapanamericanos que en las primeras postulaciones no estaban ni siquiera en carpeta. Como todo magno evento, su materialización no ha sido fácil. Las exigencias son apreciables en cuanto a inversiones en escenarios, acomodaciones e instalaciones, además de lo que significa el plano competitivo para todo local. No obstante, a seis meses de su comienzo, la frase inicial de estas líneas está plenamente vigente.

No hay dudas de que en nuestro historial deportivo faltaba un acontecimiento de estas dimensiones. Dos Juegos Sudamericanos sumados a una cantidad crecida de citas subcontinentales de todos los deportes, al Mundial de Fútbol de 1962, de Básquetbol masculino y femenino, Esquí, Pentatlón, Atletismo y Fútbol juvenil y a los Hispanoamericanos de Atletismo acreditan que Chile ha sido buen organizador y ha salvado esas responsabilidades asumidas muchas veces sin tener nada y con la promesa de tenerlo todo siempre cumplida.

Faltaba consumar la expectativa de estos Juegos que ya tienen casi tres cuartos de siglo de vida. Y Chile había postulado para 1959, retirando su candidatura ante el compromiso de Cleveland que al final desistió, obligando a Chicago a afrontar la misión. Luego para 1975, por temor a un boicot político, si bien se dijo otra cosa y, la más cercana, en 1987, por razones económicas. Vacilaciones que hicieron perder la confianza internacional por largo tiempo hasta que se obtuvo el visto bueno para 2023.

A poco más de 160 días, Santiago y las subsedes aguardan a más de ocho mil deportistas de 41 países que competirán en 39 especialidades, además de cientos de turistas.

En buena hora.Ver más

0